domingo, 6 de mayo de 2012

El pequeño teatro abandonado

El pequeño teatro abandonado: Un pueblecito perdido prácticamente en mitad de la nada. Lo que se suele llamar “cuatro casas mal contadas” y poco más. Le faltaba poco para ser un pueblo abandonado aunque por allí aún viven al menos unas cuantas familias. Un edificio de aspecto tosco y sin el menor interés aparente, al menos por fuera.

Y sin embargo, por dentro nos encontramos con este pequeño tesoro.



Pequeño, porque todo lo que queda es el patio de butacas. Tesoro por que el sitio es de esos don de no hay una sola pintada a la vista y los destrozos sólo los ha producido el inexorable paso del tiempo.



La zona del escenario estaba tapiada y por fuera era sólo un descampado. Las pequeñas puertas que antes comunicaban con la zona de bambalinas hoy llevan directamente a la calle.



Dentro, las únicas pintadas fueron las que adornan las paredes desde los tiempos en que aún resonaban los aplausos en las paredes. Imágenes del pequeño pueblo que antaño debió ser un lugar próspero, con fábricas, jardines e incluso una estación de tren.



También estaban pintados retratos de los grandes dramaturgos españoles, con el gran Cervantes en lugar preeminente sobre la entrada principal.



Esta pequeña puerta daba a la única habitación que se conservaba en el lugar: la taquilla. Por desgracia estaba cerrada a cal y canto por lo que no pudimos hacer fotos.




En la parte superior aún se conservan las barandillas y estructuras de madera de los palcos. A pesar de que el suelo crují a un poco el aspecto era bastante estable.



La construcción es de finales principios del siglo pasado, y tiene aspecto de haberse mantenido todo este tiempo con las estructuras originales. Parece ser que se cerró a mitad del siglo pasado y desde entonces ha estado durmiendo su polvoriento sueño.



Sin entrar en detalles, para conservar en lo posible la localización, resulta bastante sorprendente que hubiera un teatro tan ornamentado y lleno de delicados detalles en un pequeño pueblecito. La historia habla de nobles, riqueza, fiestas, líos de faldas y decadencia.



Nos quedamos con lo último, que es lo que hoy se refleja en las fotos. En la sombra sólo se escucha el ruido de las cigarras, el paso ocasional de algún coche por la cercana carretera y el clic incesante de nuestras cámaras.



Fotografiamos prácticamente cada rincón, desde todos los lugares donde se podía mantener el trípode. Recordad que estamos hablando solamente de una habitación, bastante más pequeña que muchos salones de bodas, y sin embargo no hacemos más que buscar donde poner el trípode y hacer fotos que se parecen entre si, en busca del ángulo perfecto y el detalle que no es obvio.



Quien sabe cuánto durará este lugar en pie. Cuánto tiempo permanecerán sus puertas de madera sujetas a sus marcos. Cuánto tardarán los gamberros en dar con el lugar. Cuánto aguantará el viejo tejado antes de venirse abajo.



Resulta bastante improbable que alguien se haga cargo del lugar y lo devuelva a su antiguo esplendor. O tan siquiera que se refuercen la ya endeble techumbre. Al final, como todo, acabará desapareciendo, quizá incluso antes que nosotros.



Al final, lo único que quedará serán las imágenes que servirán para avivar la imaginación, ya que el recuerdo se habrá perdido hace tiempo. Y mientras Internet exista (y google quiera) seguirá estando esto aquí. Algo es algo.

2 comentarios:

  1. Si el comentario bastante extenso no habla donde es este teatro es como hablar de detalles de un partido de futbol sin poner los nombres ni de los clubs ni de los jugadores.
    ME parece una provocacion - yo lo he visto y a vosotros que os jo...

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  2. En los blogs sobre lugares abandonados jamás ponen la localización,es como un código interno que tienen. Supongo que se lo puedes pedir sin más

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